El protocolo de Paúl Carrasco

                                                             Fotografías de: Luis Guillín

Los candidatos a la alcaldía de Cuenca, que este año batieron record al ser 13 postulantes, dieron una entrevista a La Andariega.  La idea fue escuchar propuestas, hacer preguntas sobre las mismas y sobre temas importantes para la sociedad. Los políticos saben muy bien cómo presentarse ante las cámaras y cómo actuar en los medios de comunicación, tienen asesores y comunicadores que les preparan perfectamente para eso. Pero, ¿qué pasa tras cámaras? Aquí les contamos cómo son los candidatos cuando la cámara no está rodando.

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Paúl Carrasco, candidato a la alcaldía de Cuenca por la Alianza Juntos por el Futuro listas 33-62, fue el último de los candidatos en ser entrevistado. Por dos ocasiones nos dejó plantados. La primera vez, según su comunicador, se cruzaron actividades que no podían ser pospuestas; la segunda ocasión, porque se enfermó. La tercera cita fue la vencida.

Una hora antes de lo pactado para la entrevista, la persona encargada de manejar la agenda de medios de Paúl llamó al equipo para avisarnos que ya se encontraba en el bar “Bumba”, lugar en donde se realizaría la entrevista, quería asegurarse de que ese fuera el lugar, en donde estaría el set y la hora exacta en la que empezaríamos con el diálogo. Además, de asegurar al equipo de La Andariega que esta vez sí cumpliría con la entrevista.

La entrada al Paseo 3 de noviembre, junto al puente del Centenario, estaba custodiada por tres hombres con casacas del movimiento de Carrasco, esperaban que su líder llegara al lugar. En el bar, una de las candidatas a la concejalía por el movimiento de Paúl conversaba con parte del equipo de producción.

Diez minutos después de la hora pactada, Carrasco llegó acompañado por los hombres que custodiaban la entrada. Uno de ellos cargaba una mochila y un maletín, de inmediato ingresaron al interior del local y la puerta paralela al set se cerró. Adentro una maquilladora esperaba por él, con sus brochas y polvos intentaría cubrir el cansancio del candidato. Este proceso demoró unos minutos. Un Paúl Carrasco muy formal salió por la puerta: bien peinado, saco color azul con el nombre de su movimiento bordado en el pecho, zapatos limpios, un maquillaje muy sutil, casi imperceptible, disimulaba sus ojeras.

Antes de pasar al set preguntó cómo se desarrollaría la entrevista y qué medios estarían presentes. Se indicó que es un proyecto que realiza La Andariega, con sus colaboradores y el apoyo del emprendimiento estudiantil El Pentágono. Asintió y subió al set, saludó con todos, recibió las indicaciones y esperó a que las cámaras empezaran a rodar. En ese momento el hombre que cargaba una mochila y un maletín dejó dos cuadernos en la mesa y se retiró del set.

Después de todo ese protocolo, la entrevista comenzó. El candidato de las listas 33-62 se mostró cómodo, afloró su experiencia adquirida durante sus años dentro de la política y supo cómo comportarse delante de las cámaras. Mientras se desarrollaba el diálogo, sus acompañantes se relajaron un momento, veían sus celulares e hicieron llamadas.

Terminó el segmento, era el turno de una nueva entrevistadora que dirigiría el siguiente bloque, Paúl se sorprendió un poco. “¿Ahora voy contigo?”, preguntó. La directora de producción nuevamente le explicó que la dinámica de la entrevista era que cada segmento tenía su entrevistador. Esto pareció incomodarlo un poco, porque en cada cambio de entrevistador, manifestaba en tono de broma que no era justo que entrara una persona fresca, mientras él tenía que batir con todos, pero siempre terminaba con un: “Bueno, está bien. Así debe ser”.

Cuando finalizó el segmento de Movilidad, nuevamente con un tono de broma dijo: “Han venido hecho machete”, y soltó una carcajada. Miró a la entrevistadora y le dijo con un tono de queja: “Y ellos (refiriéndose a sus asesores) me dijeron que era solo un diálogo con jóvenes, que íbamos a hablar de cosas de jóvenes”. Luego los miró y les dijo, “Deben estar más pilas con eso”.

Durante la entrevista Paúl se distrajo varias veces: sonaron unos vasos en una de las mesas cercanas, interrumpió su respuesta para darse la vuelta, mirar y preguntar en tono de broma si ese movimiento no era en su contra. Un perro que andaba por ahí pasó por delante del set y nuevamente dejó de hablar para decirnos a todos los que estábamos presentes, que el perro se había cruzado e incluso atrapó un mosco con la mano.

La entrevista que por las distracciones y las largas respuestas de Paúl se alargó más de lo previsto por fin llegó a su fin, Paúl Carrasco se levantó, “Me han hecho sudar” aseguró, y felicitó la organización del proyecto electoral, se despidió de todos y junto a sus asesores salió del lugar.

 

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