Detener la profesión para maternar
Por Karla Crespo
“Ser madre de cuatro hijos en estos tiempos es una locura”, dice María José Patiño. Una bogada que ha tenido que detener su vida profesional a raíz de la pandemia para cuidar de sus hijos y su hogar.
Cuando mira atrás, a esos días pre pandemia, María José se ve también como una madre, pero a “medio tiempo”. En las mañanas trabajaba en una oficina, al medio día recogía a sus hijos mayores de la escuela, les ayuda con sus deberes, hacía algunas tareas de la casa y a las cinco de la tarde iba por los gemelos, sus dos últimos hijos.
Desde hace un año y unos meses su vida cambió. Ahora está 100 % dedicada a su casa y a sus cuatro hijos. Dice que las clases virtuales demandan mucho tiempo, que tuvo que sacar a sus dos hijos de la guardería, que debe organizar su día entre la terapia de lenguaje, estimulación temprana, terapia física de los gemelos que tienen un retraso generalizo producto de su nacimiento prematuro.
“Los viernes son los únicos días que tengo libre y ese día lo dedico a la casa”, dice María José mientras sus hijos miran caricaturas.
Para ella este cambio ha significado un quebranto en su salud mental. Fue diagnosticada con depresión, tiene contracción muscular por el estrés. “He buscado ayuda en psicólogos y psiquiatras para salir de un estado anímico de depresión que en cierto momento estuve o estoy, no lo sé, pero se trata salir adelante”, sentencia con un suspiro de esperanza.
De pronto la María José abogada ha dejado de ser el centro de su vida. Ha desaparecido, temporalmente, para ser la madre a tiempo completo.